Toyota, sobre Alonso: "Nunca vimos adaptación tan rápida al WEC"


La bandera de España que arropó a Alonso en la celebración de la victoria en Le Mans está en la pared de su casa, firmada por su compatriota, el único en el 'ejercito' de Toyota en el WEC. Esa bandera, regalo del bicampeón, no podía tener otro destinatario que Alfonso Calabia, ingeniero de control de sistemas del coche 8 que, como el asturiano, también hizo el viaje de la F1 (estuvo en HRT y Force India) a la Resistencia.

Calabia aterrizó antes que el bicampeón en este mundo "loco, muy loco, por la cantidad de trabajo que lleva detrás". Así que es una voz más que autorizada para valorar el aún incipiente paso de Alonso por el Mundial: "Se ha adaptado tan rápido que te diría que ya no puede evolucionar mucho, porque está totalmente preparado. Pero lo ha hecho en mucho menos tiempo que otros, nunca vi nada parecido", asegura con la admiración de quien está acostumbrado a 'lidiar' con pilotos de Fórmula 1 que no acaban de cogerle el aire a la disciplina. "Muchos, como Kobayashi, que sigue teniendo mentalidad F1, adelantar a la primera, no esperar incluso unas horas, y eso te lleva a cometer errores que Fernando no está cometiendo.Incluso se acostumbró a la primera al tráfico y eso que le metimos en el simulador más de lo normal", dice. 

Quizá una de las claves para que esa adaptación haya sido tan acelerada sea el otro punto en común entre los dos: la fiebre por el trabajo. Sirva la anécdota que contaba a MARCA para ilustrarlo: "Tras la carrera hacemos el 'debrief' (reunión) entre los ingenieros y los pilotos y ponemos en común la información obtenida. Lo que nadie había hecho antes fue un enviar posteriormente un mail titulado 'segundo debrief' en el que nos daba a cada uno de nosotros nuevas indicaciones para que tuviésemos en cuenta. Es algo que se agradece", asegura.

Parte del éxito del coche 8 también es suyo. Y no sólo porque haya estado al lado del 'nuevo' en la etapa menos visible de la preparación. "No os podéis hacer una idea de todo el trabajo que Alonso hizo antes de llegar a Spa, la cantidad de horas que invirtió para llegar al nivel que ya visteis", apunta. 

Y todo sin descanso, como en Le Mans, una carrera muy especial de la que tiene un recuerdo peculiar: "La radio del equipo en los últimos 10 minutos. El silencio. Nadie decía nada y eso que la comunicación siempre es muy frecuente. Sólo nos mirábamos entre ingenieros". El silencio, aquella vez, fue de victoria. @marca

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