Cuando Alonso batió a la fiebre para hacer historia en F1


Autor: @esmotorsport

En días de lucha diaria, recordamos cómo Fernando Alonso superó una fiebre en las difíciles condiciones de Sepang, para conseguir su primer podio en F1.

Mientras estuvo en el calendario de la Fórmula 1 hasta 2017, el Gran Premio de Malasia fue una de las pruebas físicamente más exigentes de la temporada. Temperatura y humedad muy altas generaban una de las condiciones más hostiles para los pilotos.

Ahora, pensar que alguien mínimamente enfermo en ese entorno se suba a un Fórmula 1 a correr durante una hora y media, con más de 35ºC de temperatura ambiente y una humedad superior al 70 % , no es exactamente el reto que cualquier aceptaría.

Pero fue el que afrontó Fernando Alonso en 2003, su primera temporada con Renault, la segunda de su carrera después de un 2002 en el que forzosamente tuvo que quedarse como probador y suplente del equipo francés.

En la clasificación de la que era apenas la segunda carrera de ese curso, el español conseguiría su primera pole, después de controlar síntomas de fiebre ese día.

“Ha empezado esta mañana,” contaba Alonso en la rueda de prensa oficial después de su primera pole. “Me siento un poco mejor ahora, pero mañana, supongo, será una carrera dura para mí".

“Esta noche me relajaré, cenaré, probablemente me quedaré en el hotel, tomaré medicinas, beberé mucha agua como es usual aquí en Malasia, e intentaré acabar la carrera en la mejor condición posible.”


La alegría de su primera pole dejaría en la sombra su condición física ese fin de semana. A sus 21 años, con la juventud y la adrenalina, su malestar quedaba relegado en su mente, fortalecida por el deseo de sacar máxima provecho de la que era entonces la mejor oportunidad de su carrera.

Alonso lideraría por primera vez desde la pole el domingo, controlando la carrera hasta su primera parada en boxes, que llegó pronto, evidenciando una estrategia de combustible que favoreció su rendimiento en clasificación. Sin embargo, no sería tan anticipada como algunos esperaban.

Kimi Raikkonen se quedaría en pista y le adelantaría una vez cumpliera su primera parada, y luego su lucha sería por mantener la segunda posición contra Rubens Barrichello. Al final lo conseguiría, a pesar de que la caja de cambios de su Renault R23 dejaba de funcionar normalmente.

Alonso lo pasó mal. Llegó a estar enfermo, a sentir que la fiebre regresaba del volante.

“Lo noté”, dijo Alonso sobre su malestar. “Desafortunadamente, en la última parte de la carrera, las últimas 20 o 25 vueltas, me sentía bastante mal, bastante enfermo, pero intentaba mantener la concentración y empujar a tope. Hice 46 vueltas de clasificación”.

“Al principio he peleado con Kimi intentando mantener la diferencia y en el segundo stint con Rubens para conseguir algo de ventaja y mantener la segunda posición. El último stint fue de pelear contra el coche un poco, con la caja. Así que, aunque me sentía un poco… he seguido empujando".

Quien escribe esto entrevistó al ovetense después de la carrera y lo vio hablar pausadamente. La imagen del final de la carrera que abre el artículo es testimonio, en alguna medida, de la exigencia a la que se había sometido ese día. 

Alonso siempre se ha caracterizado por su espíritu luchador, su instinto competitivo, en cualquier situación, algo que se evidenciaba aquel fin de semana en Malasia para muchos por primera vez.

Para los libros, además de la primera victoria de Raikkonen, quedarían estadísticas históricas de Fernando: su primera pole, su primera carrera liderada, su primer podio... el más joven en conseguir esas marcas. La lucha interna que tuvo que vencer para conseguirlas solo las conoce él a profundidad. 

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