5 años desde la victoria mágica de Alonso en Valencia


Pasa el tiempo. Pasa la vida. Algunos nos hacemos mayores, otros no se libran de la vejez. El mundo gira aun rimo frenético, avanza sin mirar hacia atrás y sin esperar a nadie. Los recuerdos se agolpan en un baúl al que siempre acudimos para recordar las viejas batallas que algún día contaremos a nuestros nietos. En el de los amantes a la Fórmula 1 seguro que forma parte aquel maravilloso 24 de junio de 2012. Aquella victoria de Fernando Alonso por las calles de Valencia siempre serán eternas.

Es imposible olvidarse de esa cita. Qué tiempos aquellos cuando el español luchaba por lo más alto. Volvimos a sentir mariposas en el estómago con un triunfo del español que pasó a la historia. Una remontada desde la duodécima posición hasta lo más alto del podio. Una auténtica lección de Fórmula 1 en la que el por aquel entonces piloto de Ferrari que emocionó al mundo entero. Ver a Fernando con la bandera española en mano en la vuelta de honor me sacó las lágrimas. Jamás había visto algo igual y creo que tardaremos en hacerlo.

En aquel Gran Premio nadie tiene fe en el asturiano. Tenía un bólido decente, pero seguramente no era lo suficiente bueno como para ganar. Las manos de Fernando… ¡Qué manos! Lo demuestra fin de semana tras fin de semana. Sin un coche competitivo es capaz de sacar algo siempre. Un algo divino. Un talento innato. En Valencia lo dejó bien claro. Venció tras una auténtica exhibición.

La prensa, el paddock del gran circo y todo el mundo se rindieron ante el asturiano. Logró lo que parecía imposible. Tras un discreto undécimo puesto en calificación, a Alonso le tocaba remontar. Necesitaba un milagro porque en el trazado urbano de la capital del Turia lo que se dice facilidades para adelantar no había. Sin embargo, el español se alió con la fortuna y el talento para lograr uno de los triunfos más épicos que se recuerdan. Ante su gente, con una remontada… algo irrepetible. Una obra maestra.



Una remontada llena de bravura

Desde la salida todo tuvo un color especial. Fernando, en un ataque de bravura para intentar buscar un resultado decente, se comió a tres pilotos tras apagarse el semáforo. Paul di Resta, Nico Rosberg y Jenson Button tardaron menos de una vuelta en ser adelantado por el español. Atacando curva a curva, siendo agresivo y aprovechando cada resquicio de la pista Alonso se aupó hasta el octavo puesto. Antes de la primera parada en boxes, el de Ferrari arrancó las pegatinas al Force India de Nico Hulkemberg y al Williams del venezolano Pastor Maldonado.

Tras el cambio de gomas, Fernando Alonso se veía envuelto en mitad del tráfico. Por detrás había varios pilotos como Mark Webber, Michael Schumacher o Bruno Senna habían apostado por los compuestos más duros pudieron arruinar la carrera del dos veces campeón del mundo. Sin embargo, Fernando firmó una masterclass de adelantamientos espectacular. Por el exterior, por el interior, en plena recta… Un repertorio magistral para librarse de coches mucho más lentos en cuestión de tres vueltas. Estábamos ya en la cuarta posición. El milagro seguía cocinándose.

La suerte se alió con Alonso

Como en toda buena historia, la fortuna se puso de lado del asturiano. Un desafortunado accidente en el que se vieron implicados Heiki Kovalainen y Jan-Eric Vergne obligó a sacar el coche de seguridad. Sebastian Vettel, que lideraba en solitario, vio como de golpe se volvía a reagrupar todo. Un mazazo para el alemán, que volaba hacia la victoria. El golpe de efecto que necesitaba Fernando Alonso para asaltar el podio.

Sin embargo, las buenas noticias para el español no terminaron ahí. Lewis Hamilton perdió comba tras un pit-stop horrendo y dejó al piloto de Ferrari tercero aún con un mundo por delante. Tras la marcha del safety car Alonso continuó con el recital. Al final de la recta principal lanzó su bólido rojo y pasó Romain Grosjean, que también estaba realizando una carrera magnífica. Una vuelta después el guión daba el giro definitivo e increíble: el Red Bull de Vettel decía adiós con una avería mecánica.

Fernando Alonso era primero. Nadie daba crédito a lo que estaba sucediendo en Valencia. El asturiano cabalgó así hasta su segunda victoria en 2012. El primero de toda la temporada en repetir. Kimi Raikkonen  terminó segundo tras zafarse de un Hamilton que terminaría siendo arrollado por Maldonado en los últimos metros de carrera. Schumacher completo el podio. La última vez que vimos al Káiser entre los tres primeros. Una casualidad que el alemán coincidiera por última vez con Alonso tras una exhibición del español, el último en plantarle cara y ganarle dos títulos.



Lágrimas, abrazos y gloria eterna

Con la bandera a cuadros se consumó el milagro. En mi casa cayeron lágrimas de la emoción, en las gradas del circuito de Valencia los unos se abrazaron con los otros sin conocerse de nada. Es la magia del espectáculo. Es la magia de un tal Ferando Alonso que logró unir a todo un país en los pocos más de 175 cm que ocupa el cockpit del asturiano. Aquel día todos empujamos para que el Ferrari llegara a meta.

Sus lágrimas en el podio al escuchar el himno de España. Su celebración bandera en mano dentro del coche. Sus saltos junto al público reflejan la grandeza de un triunfo trabajado, inesperado y majestuoso. Único. Pelos de punta. Imposible creerlo cuando el sábado todo eran caras largas en el garaje de Ferrari tras una calificación horrenda. Aquel 24 de junio de 2012 se enmendó el desastre. Podemos decir y contar que vimos aquella carrera del GP de Europa. Única la victoria que hizo al mago de Fernando Alonso eterno en las calles de Valencia. @capitaldeporte @VíctorBarroso

Entradas populares de este blog

Diseña un casco/design a helmet