Le Mans espera a Alonso


Algunos, los más atrevidos, como Tony Kanaan, se animan a vaticinar que "el año que viene Alonso estará aquí". Compañeros suyos en Fórmula 1 como Fisichella le animan a venir ("sé que le gusta, creo que algún día vendrá, yo así lo espero", dice a MARCA). Otros como Antonio García, también amigo del asturiano, se conforma con un "si lo prueba, va a querer volver siempre". Son mensajes muy parecidos a los que los pilotos de la IndyCar transmitían cuando saltó la noticia de su aventura americana.

Llegar a Le Mans será más complicado, pero para eso han estado de visita Eric Boullier y Zak Brown, para acelerar un proceso que, de otra forma, quizá tuviera que esperar a que su periplo en Fórmula 1 termine. En Le Mans tienen mucho más peso las decisiones de los fabricantes, los verdaderos protagonistas de la prueba (al menos mientras no haya una figura del impacto mundial del español) que son más celosos ante sus rivales, aunque ni siquiera eso llegó a evitar la participación de Alonso en la edición de 2015 ya que existía un acuerdo con Porsche que ya nadie niega: "Estuvo muy, muy cerca de venir en 2015, estaba en el plan. Ahora se complica la cosa porque los seis pilotos están confirmados a largo plazo y no hay asientos", reconoce Roberto Gómez, el único ingeniero español en el equipo alemán, brillante ganador de la carrera.

Además, ve otro punto positivo de cara al aficionado español: "En España no conocemos a nuestros campeones y, por ejemplo, tú en Alemania hablas de Miguel Fuster (campeón de España de rallies) y lo conocen perfectamente, pero en España pocos saben quién es Timo Bernhard (uno de los ganadores de la edición 2017 de Le Mans). Vendría muy bien que viniera para que la gente descubra esta competición, que ya es muy interesante ahora aunque no tengamos una figura española".

Llenaría un hueco

Le Mans siempre ha sido una prueba con un enorme atractivo para los pilotos de F1, y en esta edición había 19. La presencia de Chase Carey para el banderazo de salida es un gesto de convivencia alejado de maniobras anteriores orientadas a dañarse mutuamente.

Para José María López, que se quedó en su día a un paso de la F1, correr en Le Mans llega a suplir esa espina clavada: "Compensa esa herida de no haber podido llegar a la F1", tal es la magnitud de esta carrera. Su presencia en Le Mans ha generado en Argentina un fenómeno parecido al que podría suponer en España el aterrizaje del piloto asturiano, "aunque salvando las diferencias con lo que puede mover Fernando", reconoce con modestia el único campeón del mundo argentino tras Juan Manuel Fangio, que le daría la bienvenida si algún día diese el paso: "Hay que estar aquí para saber lo que significa esta carrera, por eso los pilotos de F1 quieren hacer Le Mans o las 500 Millas. Si Alonso quiere hacer Le Mans es por algo. Ojalá venga porque engrandecería la categoría y a los otros pilotos, para mí sería bienvenido", asegura.

Dando un paseo por las zonas comerciales se aprecia que, a diferencia de Indianápolis donde el merchandising de Alonso era casi imposible de conseguir, aquí los protagonistas son los fabricantes. Porsche y Toyota también compiten en esto, pero resulta llamativo ver que no hay un gran nombre que domine en las tiendas, un detalle directamente relacionado con la pasión de los aficionados.

"No se me ocurre otro piloto mejor para darle una nueva dimensión a la carrera", reconoce Thibaut Villemant, periodista francés de AutoHebdo que también cubrió la aventura americana de Alonso. "Los periodistas y los aficionados allí iban especialmente a verlo a él y aquí sería algo similar". Otros, como Cesare Maria Mannucci (Autosprint) ve más complicado que llegue ese momento: "Un programa en Indianápolis es más sencillo de conseguir. Alonso quiso correr y pudo hacerlo. Aquí está fuera de su control, depende de un fabricante y de que haya asientos libres". Pero eso ya es tarea de Brown y Boullier... @marca

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